El ataque silencioso comienza años antes de que alguien se dé cuenta. Tu sistema inmunológico se convierte en traidor, destruyendo silenciosamente las células productoras de insulina en tu páncreas. Para cuando aparecen los síntomas, a menudo es demasiado tarde para prevenir la diabetes tipo 1.
Esto es lo que el establecimiento médico no siempre te dice sobre el cribado autoinmune. Puede detectar este sabotaje celular en seco, detectando autoanticuerpos específicos como los anticuerpos de descarboxilasa del ácido glutámico y los autoanticuerpos del transportador de zinc 8 antes de que tu cuerpo se rinda. Bastante inteligente, ¿verdad? Las pruebas de laboratorio proporcionan resultados de detección más precisos y confiables que los kits de prueba caseros.
Las cifras son asombrosas. Aproximadamente 64,000 estadounidenses desarrollan diabetes tipo 1 anualmente. La mitad son niños. El noventa por ciento no tiene antecedentes familiares. Tanto por la predictibilidad genética.
Las estadísticas demolieden las suposiciones: 64,000 casos nuevos anualmente, principalmente niños, donde los antecedentes familiares no significan absolutamente nada.
Los científicos han mapeado esta progresión de la enfermedad en pequeñas etapas ordenadas.
Etapa 1: autoinmunidad sin síntomas.
Etapa 2: tu tolerancia a la glucosa comienza a fallar.
Etapa 3: diabetes en toda regla con todas las campanas y silbatos desagradables.
El cribado temprano identifica las etapas 1 y 2, cuando la intervención podría realmente importar.
La tecnología existe. El radioinmunoensayo sigue siendo el estándar de oro, aunque involucra materiales radiactivos porque aparentemente nada médico puede ser simple. Los ensayos inmunoabsorbentes ligados a enzimas ofrecen una alternativa más barata. Los nuevos inmunoensayos múltiplex pueden detectar múltiples autoanticuerpos simultáneamente, lo que suena impresionante hasta que te das cuenta de que todavía solo estamos midiendo el problema, no resolviéndolo.
La detección temprana sí proporciona beneficios tangibles. Los estudios muestran que los niños cribados desarrollan cetoacidosis diabética al diagnóstico solo el 3.3% de las veces, comparado con el 29.1% para aquellos detectados más tarde. Sus niveles de HbA1c también son más bajos. Estancias hospitalarias más cortas. Mejores resultados.
Pero aquí está la verdad incómoda: podemos predecir esta enfermedad mejor de lo que podemos prevenirla. El teplizumab muestra promesas para retrasar la aparición, pero difícilmente es una cura. El cribado crea un dilema ético peculiar – saber que algo malo va a pasar mientras se tiene poder limitado para detenerlo. Tener un pariente de primer grado con diabetes tipo 1 aumenta tu riesgo 15 veces comparado con la población general.
La tecnología de cribado aparece cada vez más en chequeos pediátricos rutinarios. Movimiento inteligente, considerando que la mayoría de los casos atacan sin advertencia. La detección temprana vence al manejo de crisis en todo momento, incluso cuando las opciones de tratamiento siguen siendo frustrante limitadas. De manera alarmante, aproximadamente el 50% de los adultos con casos nuevos de diabetes tipo 1 son inicialmente diagnosticados erróneamente como diabetes tipo 2.
El conocimiento, sin embargo incompleto, aún vence a la ignorancia.