Los pies hinchados pueden parecer nada más que las secuelas de un día largo, pero cuando se combinan con náuseas persistentes en alguien con diabetes, es el cuerpo agitando una bandera roja. Estos no son síntomas aleatorios. Son señales de advertencia de insuficiencia renal, e ignorarlas es una apuesta peligrosa.
La diabetes no solo afecta el azúcar en sangre. Destruye sistemáticamente los pequeños vasos sanguíneos por todo el cuerpo, incluyendo aquellos importantes en los riñones. Cuando estos centros de filtrado se dañan, no pueden hacer su trabajo correctamente. Los líquidos y la sal comienzan a acumularse como un desagüe obstruido. ¿El resultado? Hinchazón en los pies, tobillos y manos que no se quita. El exceso de tamaño de cintura puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar estas complicaciones.
Mientras tanto, esos riñones dañados comienzan a filtrar proteína hacia la orina, creando esa característica apariencia espumosa. Piénsalo como la versión renal de una fuga. Pero el verdadero golpe viene cuando productos de desecho como la creatinina y el nitrógeno ureico en sangre comienzan a acumularse en el torrente sanguíneo. Ahí es cuando las náuseas golpean fuerte, a menudo acompañadas de vómitos y pérdida completa del apetito.
Aproximadamente una de cada tres personas con diabetes desarrollará nefropatía diabética. Solo en India, aproximadamente 800 por millón de personas tienen enfermedad renal crónica, con 200 por millón progresando a enfermedad renal en etapa terminal. Esas no son probabilidades reconfortantes. Adicionalmente, la diabetes puede causar daño nervioso que afecta la vejiga, creando complicaciones adicionales para la salud renal.
Otras banderas rojas incluyen calambres musculares por desequilibrios de electrolitos, fatiga aplastante por anemia y dificultad para controlar la presión arterial. Irónicamente, algunas personas en realidad necesitan menos insulina a medida que sus riñones se deterioran porque los riñones enfermos metabolizan la insulina menos eficientemente. Los sistemas de respaldo del cuerpo están fallando.
Los casos avanzados traen confusión por acumulación de toxinas, falta de aliento por sobrecarga de líquidos y comezón implacable a medida que los productos de desecho se acumulan bajo la piel. Es el intento desesperado del cuerpo de eliminar lo que los riñones no pueden. Sin intervención, los pacientes eventualmente pueden requerir diálisis o trasplante para sobrevivir.
La detección temprana a través de análisis de sangre que miden los niveles de BUN y creatinina, junto con análisis de orina para proteína, pueden detectar esta progresión antes de que se vuelva irreversible. El control estricto del azúcar en sangre, el manejo de la presión arterial con inhibidores de la ECA y cambios dietéticos ofrecen esperanza.
¿La conclusión? Los pies hinchados más náuseas en diabetes no es solo incómodo. Es potencialmente mortal, y el tiempo no está del lado de nadie.