Las cifras no mienten, y son bastante sombrías. La diabetes ahora afecta a uno de cada siete adultos a nivel mundial, saltando de 200 millones de casos en 1990 a unos asombrosos 830 millones en 2022. Es la séptima causa principal de muerte a nivel mundial, consumiendo más de $760 mil millones en costos de atención médica anualmente.
La epidemia de diabetes ha explotado en un 315% en tres décadas, ahora costándole al mundo tres cuartos de un billón de dólares anualmente.
Sin embargo, aquí está lo que muchas personas aún no entienden: la diabetes no es solo una enfermedad. Los expertos están luchando contra la visión demasiado simplificada de que diabetes es diabetes. Tipo 1 y Tipo 2 dominan la conversación, pero en realidad hay todo un espectro de condiciones escondido bajo ese término general. El Tipo 2 representa más del 95% de los casos mundialmente, claro, pero ¿agrupar a todos juntos? Eso es medicina terrible.
La diabetes Tipo 1 golpea como un tren de carga. Usualmente diagnosticada alrededor de los 24 años, involucra al sistema inmunológico básicamente destruyendo las células productoras de insulina del páncreas. Los pacientes a menudo están delgados, la cetoacidosis es común, y la insulina se convierte en un salvavidas, no una opción. El cuerpo simplemente deja de producir insulina. Punto.
El Tipo 2 se toma su tiempo. Se acerca gradualmente, a menudo vinculado con la obesidad y la resistencia a la insulina. El páncreas aún produce algo de insulina, pero no la suficiente o el cuerpo la ignora. La cetoacidosis es rara, y el tratamiento puede comenzar con cambios en el estilo de vida antes de escalar a medicamentos. Para aquellos detectados temprano con prediabetes, las tasas de prescripción de metformina permanecen sorprendentemente bajas a pesar de las pautas claras para la prevención.
Luego están los casos raros. La diabetes gestacional aparece durante el embarazo. La diabetes monogénica como MODY proviene de mutaciones genéticas específicas. La diabetes secundaria puede resultar de enfermedades pancreáticas, medicamentos como esteroides, o condiciones como fibrosis quística. Incluso existe LADA, diabetes autoinmune latente en adultos, que actúa como una versión en cámara lenta del Tipo 1.
Aquí es donde el tratamiento personalizado se vuelve esencial. Un diabético Tipo 1 necesita insulina desde el primer día, además de educación sobre conteo de carbohidratos y manejo de caídas peligrosas de azúcar en sangre. Los pacientes Tipo 2 podrían comenzar con cambios dietéticos y medicamentos orales, agregando gradualmente insulina si es necesario. ¿Esas formas genéticas raras? A menudo requieren enfoques completamente diferentes. Obtener un diagnóstico preciso típicamente requiere dos resultados anormales de análisis de sangre, a menos que ya estés mostrando síntomas claros de azúcar en sangre por las nubes.
La mentalidad de talla única está matando gente, literalmente. Los expertos enfatizan que el tratamiento debe coincidir con la causa subyacente, no solo con los síntomas. Obtener mal el diagnóstico significa obtener mal el tratamiento. En el cuidado de la diabetes, la precisión no es perfeccionismo, es supervivencia. El manejo efectivo de la diabetes apunta a un nivel de A1C por debajo del 7% para prevenir complicaciones serias y reducir la severidad de la enfermedad.